Ante un proceso de selección, una de las cuestiones que pueden pasarnos por la cabeza es pensar en los argumentos a utilizar. Entonces, puede ser habitual pensar en qué debemos explicar, qué mensaje debemos utilizar o, incluso, una vez ya lo hemos dicho, pensar en qué hemos dicho realmente.
¿Te han pedido alguna vez en una entrevista de trabajo qué te diferencia del resto de candidatos? ¿Has hecho alguna vez un ejercicio de reflexión y autoconocimiento para ver cuáles son tus puntos fuertes y débiles? ¿Sabes cuál es tu aporte de valor a tu entorno?