Formación PDI Coteaching y cotrabajo, una apuesta colaborativa entre docentes universitarios para una enseñanza eficaz
En el entorno universitario, la colaboración entre docentes resulta indispensable. La Universidad de las Illes Balears (UIB) ha lanzado, enmarcado en la Estrategia Global de Formación Continua del personal docente e investigador, un curso innovador para que los profesores perfeccionen el coenseñamiento y el cotrabajo, dos métodos que promueven una formación compartida y enriquecedora.
Con el título «Estrategias de coenseñanza y cotrabajo» y durante dos días intensivos de formación presencial, los participantes aprenden a planificar lecciones conjuntas, a coordinarse con los compañeros y a atender a grupos diversos de estudiantes.
«La coenseñanza nos permite salir de la zona de confort docente y desarrollar una enseñanza verdaderamente colaborativa», explica la catedrática Antònia Paniza Fullana, una de las profesoras del curso, que ha participado en un número importante de proyectos de innovación educativa.
Colaborar para aprender: los fundamentos de la coenseñanza y el cotrabajo
Las prácticas de coenseñanza y cotrabajo no solo implican compartir el aula, sino que también requieren una planificación exhaustiva y una comunicación constante entre los profesores implicados.
La coenseñanza, como define la otra docente de esta actividad formativa, la profesora Maria Isabel Montserrat Sánchez-Escribano, «es una estrategia en la que dos o más profesores, ya sean del mismo ámbito o de disciplinas diferentes, imparten conjuntamente una clase para atender las necesidades de grupos de estudiantes cada vez más diversos». En cambio, el cotrabajo «se basa en la colaboración entre docentes fuera del aula, en espacios compartidos, y a menudo implica la cocreación de recursos, la evaluación conjunta y el uso de herramientas tecnológicas».
Antònia Paniza Fullana, coresponsable del curso, subraya la versatilidad de estos métodos: «Con la coenseñanza, el alumnado percibe que hay maneras diferentes de abordar el conocimiento. Es un método que les ayuda a cuestionarse y a ampliar sus horizontes», y destaca cómo «estas estrategias permiten a los estudiantes beneficiarse de la diversidad de enfoques que cada profesor aporta al aula. Además, les ayuda a abordar los problemas que plantea cada materia de una manera más acorde con la realidad práctica en la que tendrán que desarrollar su vida profesional».
Nuevas dinámicas de aprendizaje para un entorno universitario complejo
Uno de los objetivos principales de la formación es preparar a los profesores para adaptarse a una diversidad de estilos de aprendizaje y niveles de habilidad dentro de una misma clase.
Este reto se aborda mediante modalidades de coenseñanza diversas, que los docentes pueden adaptar según las necesidades y los recursos. En el curso de la UIB, los participantes aprenden a partir de modelos de enseñanza compartida, donde ambos profesores enseñan al mismo tiempo, y hasta modelos de apoyo en los que un profesor asiste y complementa la enseñanza del otro.
Las profesoras de esta actividad, Paniza y Montserrat, ilustran los beneficios de estos métodos: «La coenseñanza nos ayuda a ver el aprendizaje desde otros ángulos y a evitar caer en la rutina de una única voz en el aula. Es una manera de atender mejor a nuestros estudiantes y hacerles sentir que comprendemos sus necesidades».
Casos prácticos y tecnología: innovación en la formación docente
Además de los fundamentos teóricos, el curso incluye una serie de proyectos prácticos que los profesores pueden adaptar a las disciplinas y entornos propios.
En la segunda parte del programa, se presentan casos de éxito que demuestran cómo la coenseñanza y el cotrabajo se pueden llevar a cabo con recursos limitados y con un enfoque en la interdisciplinariedad. «Trabajar con profesores de otras disciplinas no solo enriquece a los estudiantes, sino también a nosotros como docentes», afirma Paniza. «Es una oportunidad para innovar, para experimentar y para aprender unos de otros».
En una era donde la tecnología tiene un papel central en la educación, el curso también incluye módulos sobre herramientas digitales que facilitan el cotrabajo.
El uso de plataformas compartidas y aplicaciones colaborativas permite a los profesores gestionar proyectos en equipo, evaluar de manera conjunta y coordinarse a distancia, optimizando el tiempo y manteniendo una comunicación fluida. «La tecnología no sustituye la interacción humana, pero puede ser una gran aliada para coordinar la labor docente y enriquecer los materiales de enseñanza», reflexiona Montserrat.
Retos y oportunidades: hacia una enseñanza más inclusiva
Si bien la coenseñanza y el cotrabajo ofrecen grandes oportunidades, no están exentos de desafíos.
Durante la formación se analizan barreras comunes, como la falta de tiempo para planificar en equipo o la resistencia inicial de algunos docentes a cambiar los métodos.
No obstante, para Montserrat y Paniza los beneficios superan los obstáculos. «El desafío más grande es encontrar el tiempo, y la tarea de coordinación no es fácil, pero el esfuerzo vale la pena. Nos permite enseñar con una visión más completa y atender mejor a cada estudiante», concluyen.
Con esta nueva oferta formativa, la UIB busca no solo que los docentes perfeccionen sus habilidades pedagógicas, sino también que se conviertan en agentes de cambio dentro de las aulas y que fomenten un aprendizaje más inclusivo y dinámico.
Así, la coenseñanza y el cotrabajo se perfilan como las herramientas clave para que los profesores respondan a las necesidades actuales de los estudiantes, que exigen tanto conocimiento como comprensión y flexibilidad en el proceso de aprendizaje.