Blog de orientación profesional Como reducir la ansiedad y los nervios previos a una entrevista de trabajo

Aquellas horas antes de la entrevista notas que el cuerpo y la mente se preparan. Es un trabajo que te gustaría mucho conseguir y te has preparado bien las preguntas que crees que te pedirán; has pensado bien qué ropa te pondrás para dar una primera buena impresión, y te has informado sobre la empresa y las funciones del puesto de trabajo.

En tiempos de la pandemia Covid-19, hay más instituciones que prefieren hacer las entrevistas en línea, pero, si es presencial, es importante que no falten el CV, las certificaciones, diplomas y, incluso, cartas de referencia. Además, has calculado el tiempo exacto que necesitarás para llegar al edificio; el camino concreto que vas a hacer con el coche, a pie o en el autobús. Lo tienes TODO planeado y metódicamente estudiado, pero hay algo que es inevitable: ¡los nervios y la ansiedad previos!

Hay muchísimas técnicas que te pueden ayudar a superar estos nervios. A continuación, te presentamos algunas:

Ve a pasear

El aire fresco hace muy bien a todos. Si tienes una entrevista en línea, pasea por el barrio (o, si te sientes ambicioso, ve a correr para liberar todas estas endorfinas saludables). Si es en persona, llega cinco minutos antes de entrar en el edificio para pasear y airear la mente.

Practica el método STOP:

Detente de hacer lo que haces y concéntrate en los pensamientos. Haz algunas respiraciones profundas y observa:

  • Cuerpo: ¿de qué sensaciones físicas eres consciente (tacto, vista, gusto, olfato, audición)? Tal vez sientes que el estómago se estrecha o que la respiración se hace más superficial.
  • Mente: ¿en qué piensas? Por ejemplo: «Siempre estoy así cuando hago algo nuevo y siempre suele irme bien...» o «Siempre he hablado de cambiar a un sector nuevo y ¡aquí lo haré!»
  • Emociones: ¿qué sientes ahora mismo?

Actúa con la intención de incorporar lo que has observado en tus acciones.

A medida que pienses en tu respuesta, ten en cuenta lo que acabas de observar sobre ti mismo y lo que quieres hacer con lo que acabas de aprender. Podrías decirte: «Recordaré que, cuando note que el estómago se estrecha, significa que es porque me hace ilusión coger una dirección diferente para cambiar de carrera profesional». Así que ahora, en lugar de sentir pánico, el monólogo interior te dice: "Tengo mucha experiencia relevante que puedo aportar los trabajos anteriores, así que seré sinceramente positivo y me centraré en la ilusión y las habilidades transferibles cuando me hagan esta pregunta».

Ahora, cuando se lo pidan de veras, puede poner el STOP, recordar las lecciones para hacer un buen uso y responder sin perder el ritmo. Y recuerda que esto no sólo se aplica a las entrevistas, sino que también te sirve para cualquier situación que te provoque ansiedad. Cuanto más tengas en cuenta lo que ocurre en el cuerpo y en el cerebro, más sencillo será lucirte cuando haga falta.

Prepárate para lo peor

Sea cual sea el miedo más fuerte, siempre hay una respuesta. ¿Lechuga en los dientes? Pon un espejo pequeño y hilo dental a la bolsa. Te preocupa no tener una buena respuesta a una pregunta complicada? Sé proactivo y aprende a buscar alternativas cuando no sepas una respuesta. Si piensas hacia adelante, puedes estar seguro de que, aunque pase lo peor, estás más que preparado para hacerlo.

Planifica algo para hacer después

¿Una buena comida? ¿Un masaje? ¿Un encuentro con amigos? Sea lo que sea, prepárate para estar listo cuando hayas terminado. De esta manera, tendrás algo fantástico que te espera y en la que podrás desahogarte, en vez de estar pendiente de los nervios.

Habla contigo mismo

  1. Gana a los pensamientos negativos. Para ello, lo primero que tienes que hacer es identificar y tomar conciencia de estas ideas. Te sugerimos que inmediatamente hagas alguna actividad alternativa que te distraiga de este diálogo interno negativo, ya que se basa en creencias que no son nada útiles ni objetivas, y que te perjudicarán en la entrevista.
  2. Los pensamientos positivos y realistas son clave para afrontar de una buena manera situaciones estresantes. Dedica unos minutos al día a reconocer los méritos que has conseguido en la vida; a desarrollar pensamientos positivos que resalten tu inteligencia, habilidades y calificación para este puesto de trabajo. Esto te hará sentir más seguro, lo que se reflejará en el tono de voz que emplearás, en las posturas corporales que adoptarás y en las expresiones faciales y verbales.

Practica técnicas de relajación

La técnica de la visualización puede ayudarte. Elige un momento del día en que no Frissen y puedas conectarte con esta experiencia. Crea un espacio tranquilo; puedes regular en él la luz, los sonidos, los aromas y texturas del ambiente para conseguirlo. Imagina una escena que hayas vivido y que te relaje. Puede ser un paisaje contemplado, una situación placentera, una persona, conversación, o lo que te venga a la mente. Concéntrate en los detalles del escenario elegido; imagina que sucede en este momento; activa los cinco sentidos para que esta técnica sea lo más realista posible.

Aplica el autoconocimiento

Nadie mejor que tú sabe cuáles son las técnicas que te servirán para rebajar los nervios. Quizás te sirve una buena merienda o comida; una gran entrevista comienza con una buena comida. Nadie puede dar respuestas sólidas a entrevistas cuando el estómago tiene hambre. Tal vez necesites llamar a un amigo o un pariente: no hay nada mejor que el ánimo de un amigo positivo o de un miembro de la familia. Básicamente, si no puedes darte la charla que necesitas, deja que alguien lo. O, simplemente, escucha música para llenar la cabeza de energía y emoción en lugar de pensamientos negativos.

Haz una pequeña introspección y descubre tu técnica ideal. A veces no necesitan grandes estrategias de relajación, sino pequeñas cosas cotidianas que nos transmiten la paz y calma que nos conviene en cada momento.

Por otra parte, ¿conoces la «profecía autocumplida?». Cierra los ojos. Imagina que estás en la entrevista, las preguntas que te harán, y visualízate saliendo de la entrevista con el puesto de trabajo asegurado. De este modo, permites que la mente contribuya a convertir esta imagen en una realidad.

Recuerda que no tienes que ser perfecto, el entrevistador no sólo quiere conocer tus puntos fuertes, sino también los débiles. Intentar mostrar tu mejor perfil es importante, pero también ser natural y demostrar una actitud proactiva a mejorar y crecer conjuntamente con la empresa. Además, sé consciente de que la persona que tendrás delante también es humana y puede que también esté nerviosa por su encuentro. Ten perspectiva.

Y, finalmente, ¡cuidate y descansa! Dormir las horas suficientes te ayudará a reducir el estrés y regular el estado de ánimo.