Blog de orientación profesional ¿Qué es y qué nos aporta un trabajo de transición?

Hay muchos estudiantes que, justo al acabar la carrera, quieren tener el puesto de trabajo ideal, el puesto de trabajo para el que se han formado.

Pero la realidad generalmente suele ser otra, y lo primero que les puede ayudar es aceptarla.

En estos momentos, se pueden adoptar dos actitudes: o bien esperar y no trabajar hasta encontrar esa oferta laboral que les interesa, o bien trabajar en algún otro sector y/o puesto de trabajo.

Y aquí encontramos el concepto de trabajo de transición. En el mundo de la orientación profesional, se conoce como trabajo de transición aquél que se desarrolla de manera provisional, durante el período necesario hasta llegar al deseado, quien recibe el nombre de trabajo objetivo.

¿Qué beneficios aporta un trabajo de transición? Son principalmente tres:

Trabajar competencias transversales

En el DOIP, continuamente informamos de la importancia de las competencias transversales en el mercado laboral actual y apoyamos la formación (cursos, talleres, cápsulas…) como vía para adquirir nuevas y trabajar las que ya tenemos. Pero ésta no es la única vía. Poner en práctica nuestras habilidades en experiencias laborales reales puede ser una gran etapa de formación. Muchas de las competencias que se valorarán y serán necesarias en el trabajo objetivo no son exclusivas de ese puesto de trabajo, sino que se construyen y practican, y son esenciales en otros lugares. Ponemos un ejemplo: si sabemos que el mercado valora competencias como trabajar en equipo, resolver conflictos, la comunicación, trabajar con presión…, ¿no son todo competencias que se puedan trabajar, por ejemplo, haciendo de camarero, recepcionista o dependiente?

Además, ¿no es sinónimo de flexibilidad, de resiliencia, de capacidad de adaptación, sólo desarrollar un trabajo de transición mientras no conseguimos el trabajo objetivo? Pues precisamente éstas son algunas de las competencias más valoradas en el mercado actual.

Conocer el mercado laboral

El currículo es ese documento que recoge nuestro histórico profesional. Por tanto, un currículo sin ningún tipo de experiencia laboral se podría considerar un currículo incumplido. Si nos ponemos en la piel del empresario y/o de la persona contratante, seguramente la gran mayoría de nosotros valoraría más a un candidato que haya aceptado un trabajo de transición durante la etapa de estudiante y/o al haberse graduado, que no aquél que no conoce todavía el mercado laboral desde dentro, ni en su sector ni en ningún otro.

Además permite empezar a familiarizarnos en todo lo que implica trabajar: estar de alta en la Seguridad Social, el concepto de nómina, el funcionamiento de la declaración de la renta, etc.

Crecer social y emocionalmente

Ya lo dijo Karl Marx, «el trabajo dignifica al hombre» (y a la mujer, evidentemente). Trabajar nos puede ayudar a socializar y sentirnos integrados en la sociedad, sentirnos útiles adquiriendo responsabilidades y hábitos, a mejorar nuestra autoestima, etc. Por el contrario, hay estudios que demuestran que estar desempleado agrava la posibilidad de aislarnos, sentirnos inseguros en nosotros mismos, adoptar actitudes negativas hacia el día a día, etc. Y no podemos dejar de lado la independencia económica que supone tener trabajo; ¡la satisfacción de habernos «ganado el pan», de recibir una remuneración a cambio del buen trabajo realizado!

Ahora bien, aceptar un trabajo de transición no debe significar acomodarnos y dejar de luchar por lo que queremos; querer crecer laboralmente debe seguir siendo el objetivo final. Y, en el DOIP, ¡te podemos ayudar en ambas búsquedas!¡Valoraremos aquellas competencias más necesarias en tu trabajo objetivo y buscaremos otros sectores en los que puedas trabajarlas de manera activa!

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